En esta sección exponemos detalladamente las ideas estético-artísticas que sustentan nuestros esfuerzos. Además, tratamos de alcanzar cierto nivel de generalización respecto a la creación artística en Internet dentro del contexto de nuestro país.

I.3 - Algunos proyectos cubanos.

El grupo de obras en que se centra la indagación está integrado por piezas fuertemente ligadas al desarrollo del Internet, ya que han surgido desde este medio. Una condición necesaria para la aparición y desarrollo de estas prácticas artísticas en nuestro país, serían entonces la existencia de la red de redes [15]. Se debe pues proceder a un recuento sobre la aparición de Internet en Cuba. Según Omar Pérez Salomón, en el libro Cuba: 125 años de telefonía, este servicio empezó a comercializarse en el año 1996: "Con el comienzo de la digitalización de los territorios en la provincia (año 1996), surge una nueva etapa para los servicios de telefonía y su calidad, se comercializan entonces los servicios suplementarios, llamadas en espera, rellamado en ocupado, candado electrónico, despertador automático, conferencia tripartita, los servicios de correo electrónico y acceso a Internet se amplían rápidamente y el incremento en la confiabilidad de los mismos fue evidente. El 28 de noviembre de 1998 quedaba digitalizada la primera capital de provincia del país (Matanzas)" [16]. De este mismo texto se pueden extraer las fechas aproximadas en las que el servicio de Internet se empezó a brindar en el resto de las provincias. A continuación se citan algunos datos de interés obtenidos de la mencionada fuente que, a forma de hitos cronológicos, muestran la organización de la infraestructura nacional para la red: En 1993 el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, autorizó la formación de E.T.E.C.S.A. (Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A.), y en 1994 se le otorga la concesión administrativa del servicio público de telecomunicaciones; de esta forma la empresa E.T.E.C.S.A. queda encargada de manejar el mencionado servicio en todo el territorio nacional. En febrero de 1995 queda oficialmente organizada, con toda su dimensión y fisonomía actual. A partir de mayo de 1997 recibe una fuerte inversión, cuando se aprueba el plan para la modernización y expansión de las telecomunicaciones. En ese mismo año se pone en funcionamiento una red de transmisión de datos, que permite dar soporte a la conexión a los ISP [17]. A partir de ese momento se empieza a comercializar el servicio de Internet y mensajería, que paulatinamente llega a las diferentes provincias: Pinar del Río y Holguín en el año 1999, Cienfuegos y Guantánamo en el 2000, Las Tunas e Isla de la Juventud en el 2001, etc.

El servicio que más rápidamente se popularizó fue el de correo electrónico, mientras que la navegación WEB debió esperar unos años más para ser asequible a un número considerable de usuarios cubanos. No debe sorprender entonces que algunas de las primeras obras le otorguen preferencia al email sobre el sitio WEB. En este sentido el primer esfuerzo es Galería Postal, del año 2003, en el que participaron profesores de la escuela San Alejandro y alumnos del Instituto Superior de Arte: Anyel Maidelín Calzadilla, Ángel Madruga, Pável Piteira, Carlos Wolf, Harold Rensoli, Alexis de la O, y Samuel Riera. Este proyecto se centraba en el envío periódico de obras a través del correo postal, como se declara en su manifiesto: "Galería Postal tiene como objetivo principal, la expansión de una actitud estética y comunicacional a través de un espacio alternativo: la correspondencia, medio que por varias décadas ha ofrecido una de las confrontaciones más deliciosas acerca del Arte, su valor y función." Sus integrantes, plenamente conscientes de las experiencias anteriores, están marcados por influencias como la red de correo postal de Ray Jonson y el neo-dadaísmo de Fluxus.

Galería Postal , además de los envíos periódicos a través de correo postal, también realizó una serie de intervenciones en galería y eventos públicos vinculados con el arte. Como ejemplo de estas intervenciones se puede mencionar la que tuvo lugar durante la VIII Bienal, en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de la Habana. Siguiendo las instrucciones de un cartel adjunto se pedía al espectador que votara con respecto a la pregunta: "Cuando se dice: El Arte con la Vida, ¿se siente usted implicado?" El receptor tenía la posibilidad de emitir un criterio, rasgando una boleta que ofrecía las siguientes posibilidades: sí, no, tal vez o indiferente. Esta punzante pregunta abordaba la validez del tema de la VIII Bineal y su impacto en el público joven.

Más relevantes para la investigación resultan los dos envíos digitales por email, que realizaron. El primero consiste en una animación en flash, que simula una terminal del sistema operativo donde se ejecutan un grupo de instrucciones, para finalizar en una ventana (también dibujada, no real) que reza "ya ves...esto es galería postal". La simulación, a medio camino entre la estética hacker y el engaño pueril, puede asustar al usuario desapercibido haciéndole creer que su máquina ha sido infectada por un virus. Impresión que desaparece pasados unos segundos, al aparecer la ventana con el citado texto. Este envío marca el primer intento de usar la red como medio artístico.

El segundo envío es quizás más críptico. El título del mismo es Se Cuenta la Historia. Una vez más, se trata de una animación flash. Después de una breve introducción, en la cual se muestra el nombre de la pieza, la pantalla queda dividida en dos espacios bien delimitados por paneles. A la derecha aparecen una serie de imágenes, que reflejan una caja de madera pintada de verde olivo, dentro de la cual hay un grupo de supuestos documentos históricos. En el panel de la izquierda, se puede leer el texto siguiente: "En esta ocasión "Galería Postal" tiene el gusto de presentar en subasta única una obra que trata acertadamente de redescubrir documentos y hechos acaecidos en determinados momentos del proceso revolucionario cubano. A través de la óptica de este grupo de creación y con ciertos presupuestos formales-conceptuales, parte de los elementos sacralizados e intocables que aun mueven la consciencia política de Cuba son puestos a su consideración. !!Hagase de otra forma la historia a partir de vuestra adquisición!! no sea tímido... compre ahora y participe de esa manera en el juego de la historia."

La combinación del objeto físico por un lado y el email, que pertenece al mundo virtual, por otro, es una de las características más interesantes de la pieza. Esta dualidad, devela que el vínculo con la práctica del mail art sigue presente. La evolución a partir de un proyecto de mail art, que se articula de manera natural para llegar a la red, dirige la mirada hacia los antecedentes correctos, y sugiere explorar la relación de las Prácticas Artísticas de Internet con la tradición de las vanguardias de las artes visuales. Un acápite más abajo se examina con profundidad esta relación.  

Otro proyecto de email-art es el titulado lametatranca.come, de Lisbeth Flores y Jacinto Muñiz. Entre los años que van del 2004 al 2006 estos creadores realizaron una serie de envíos por email, con materiales tan variados como noticias sobre los ciclones, reflexiones sobre el arte, y obras propiamente. Este proyecto tiene dos aristas interesantes. Primero, es de vital importancia el hecho de que no tiene correlato físico alguno. Mientras Galería Postal proviene del mundo físico y del correo postal, lametatranca.come es absolutamente virtual. En este sentido es un nuevo momento en la articulación histórica. En una segunda dirección, este proyecto se muestra relevante por su estética. Los envíos que se realizaron eran páginas WEB, lo que les permitía a sus creadores un vasto ámbito para la experimentación visual. De todas las obras que cayeron bajo el escrutinio de la investigación, lametatranca.come es uno de los que más se acerca, en su despliegue visual, a las primeras obras de Net.Art en el ámbito internacional. Resulta evidente que el juego con el código fuente y el diseño de las páginas eran fundamentales para estos autores. Lisbeth Flores y Jacinto Muñiz se hicieron cargo conscientemente de develar el medio en el que estaban interviniendo, pues frente a cualquiera de sus emails la reacción del usuario y su interacción con la página son puestas a prueba.

A lo largo de los años Samuel Riera ha realizado una serie de envíos a través de email. Pero estos esfuerzos resultan esporádicos y puntuales; en consecuencia, de difícil articulación histórica. Un proyecto más estructurado, de este mismo artista junto a Lisbeth Flores y Jacinto Muñiz, es Marabuzal, que tiene como una de sus aristas la creación de un boletín electrónico distribuido a través de email. Este tipo de publicaciones digitales no entran dentro del objeto de estudio de la investigación. Aunque Marabuzal tiene una galería que podría ser considerada email-art, no aporta nada nuevo al tema y por tanto no será abordada, pues como se dejó dicho más arriba en la introducción, esta indagación no pretende agotar el universo de las obras.

Similares razonamientos pueden aplicarse a la conocida Galeria I-MEIL (proyecto del año 2007) de Lázaro Saavedra. Este artista, de prestigio indiscutible, ha popularizado en el medio académico, a través de emails, una serie de dibujos satíricos. La evolución del dibujo, del mundo real al virtual [18], y el uso de la red sólo como medio de distribución, sin ir más allá dentro de la exploración del medio, es lo que aleja a la Galeria I-MEIL del centro de la investigación. No hay ningún intento de develar el sentido de la lógica comunicativa de la red, de una forma-otra que no sea la simplemente utilitaria. Aunque el valor de esta galería sui géneris no es puesto en duda, el proceso esencial de la obra, que conduce del dibujo realizado a mano y luego digitalizado, para ser por último enviado a través de email, la sitúa en la periferia, aunque no la excluye totalmente, de la noción de Prácticas Artísticas de Internet.

Después de estos primeros proyectos, asociados al correo electrónico, surgen otro tipo de piezas que están directamente relacionadas con la WEB. A partir del año 2005 se diversifican los autores y obras, y aparecen las primeras exposiciones, virtuales y físicas, relacionadas con la Internet. En los centros de enseñaza como la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro y La Universidad de las Artes, I.S.A., se gradúan varios estudiantes con tesis sobre el arte de Internet [19]. Dentro de este florecimiento, llama poderosamente la atención el proyecto que se titula Off line (exposición virtual, http://off-line.web1000.com), se trata de una exposición curada por Lien Carrazana en el año 2006. Su proyección es franca: "Los artistas reunidos en este proyecto son de distintas generaciones, pero les une una preocupación común por experimentar y dialogar con las oportunidades que brindan la tecnología y el espacio de Internet" [20]. Los artistas implicados fueron: Ernesto Leal, Lindomar Placencia, Fernando Rodríguez, Erik García, Rodolfo Peraza y Luis Gómez. Lo que hace de esta propuesta un intento original, es que es la primera exposición de Net.Art pensada especialmente para la WEB. Después de varias desventuras (algunas instituciones se negaron a brindar alojamiento al esfuerzo de estos artistas), en diciembre del año 2006, Off Line finalmente llegó a Internet [21] en un espacio WEB gratuito. Debe anotarse que no todas las piezas que se incluyen son, hablando con propiedad, obras de Net.Art. Por el contrario, el espectro de las mismas va desde el video-arte, pasando por la animación, hasta el Net.Art. Con las limitaciones que la propia curadora reconoce, esta exposición es un eslabón imprescindible para comprender el proceso histórico en el que se articula el surgimiento, en nuestro país, de las Prácticas Artísticas de Internet.

Una de las limitaciones principales de Off Line es que se concibió como un proyecto cerrado. O sea, un vez recopiladas las obras y subidas a Internet, la propuesta había terminado; no se planeó ninguna otra acción, el espacio no fue reutilizado, y el sitio era completamente estático. Los propios artistas participantes no sabían dónde se encontraba el sitio en la red, y tampoco tenían acceso al mismo. Apuntando a subsanar estas limitaciones, surge a principios del 2007 un proyecto titulado El Diletante Digital [22]. Su génesis se puede rastrear a un sitio de literatura hipertextual llamado Esquina 13, que estaba activo en la red desde el 2005. Este primer sitio contenía revistas digitales, material original de varios artistas y escritores [23], y perseguía la creación de nuevas formas literarias emergentes, que aprovecharan la hipertextualidad, la multimedia, etc. Pero no es hasta el curso 2006-2007 que, buscando crear un espacio de expresión artística, no sujeto a las instituciones y estrictamente virtual, se reestructura como un proyecto diferente y asume el nombre de El Diletante Digital. Sus fundadores fueron: Carlos P. Varens, José Estuardo, Yamiel Suárez, y quien escribe Kevin Beovides. Desde el inicio se trató de un proyecto interdisciplinar; basta notar la formación de sus integrantes para comprobarlo: en la lista anterior, los dos primeros provienen de las artes visuales; el segundo, de la música; y el último, de la literatura. Durante los últimos cuatro años el sitio ha intentado brindar un espacio virtual para la creación conjunta, a los artistas cubanos, o extranjeros residentes en Cuba. Actualmente incluye las obras de más de una docena de creadores, y a menudo la autoría de las piezas es compartida. El Diletante Digital, también tuvo siempre vocación pedagógica, ya que se desarrollaba en la Universidad de las Artes de Cuba I.S.A., y tres de sus fundadores estaban vinculados a dicha institución (en la lista anterior, los dos primeros eran alumnos y el último, profesor). Por eso, se ha nutrido permanentemente de alumnos de la mencionada institución, y se pueden ver en su páginas muestras del más emergente arte de nuestro país.

A lo largo de este epígrafe se han descrito una serie de esfuerzos creativos que conducen desde los primeros intentos de hacer arte en la red, hasta la formación de exposiciones y proyectos ya plenamente conscientes de los horizontes que se inauguran con la aparición de Internet. Si bien el análisis se hace atendiendo a determinados hitos, y el proceso histórico tiene un entramado mucho más complejo, se devela la lógica que subyace, que guía al investigador desde las primeras obras que usan el correo electrónico, hasta las más recientes creaciones de sitios WEB y proyectos virtuales. La progresiva complejidad de los proyectos, su gradual abandono del respaldo físico por el virtual, y finalmente, la paulatina apropiación y conceptualización de las ideas asociadas al arte de Internet, dan fe de la existencia de la mencionada lógica en este proceso histórico.

A modo de conclusión parcial se presentan algunas ideas que sirven para caracterizar las obras de Net.Art que se realizan en Cuba. Estas afirmaciones no deben ser asumidas como absolutas o universales dentro de nuestro contexto, por el contrario, hay mucho de relativo en ellas y por tal razón se habla de aproximaciones. Se trata tan sólo de algunas reflexiones que parecerían ser irradiadas por las propias obras.

Los creadores cubanos que se acercan a las Prácticas Artísticas de Internet tienen, sin dudas, una visión peculiar sobre el medio. En voz de Lien Carrazana: "otro componente irónico es el hecho de qué los propios artistas de Off line se ven prácticamente imposibilitados a acceder a Internet. Siendo su visión muy distinta con respecto otros artistas de este campo artístico en el mundo. Quizá ahí esté una de las más interesantes aristas de este proyecto." [24] En primer lugar por el acceso restringido que se tiene al medio, y fundamentalmente a través de las instituciones: "Media theorist Cristina Venegas cites Cuba’s Oficina Nacional de Estadística’s finding that in 2009 about one and half million researchers, professionals, and artists were official Internet users. Other figures put Cuban home access at less than .8 percent of the population, access that furthermore requires security clearance. Most people gain what limited access they have through work, hotels, hospitals, and a black market of passwords for more direct accounts." [25] En realidad estas cifras resultan inconstantes, variables, y obviamente se verán modificadas con los años y la penetración del propio medio en el país. No obstante, debe considerarse que Lien Carrazana apunta al hecho, y es esta una importante conclusión, de que los artistas cubanos carecen de los referentes visuales imprescindibles. En esto hay excepciones, pero la mayoría no han estado expuestos a las obras de los creadores extranjeros sino de manera muy puntual, y por tanto conocen el Net.Art de manera estrictamente teórica.

Además de los referentes visuales, les falta la experiencia anterior de lo que era la Internet. O sea, los cubanos llegaron a la red con la WEB 2.0, y eso cambia la experiencia que tienen con respecto a la red. Nunca han explorado la red en modo texto, y desconocen la necesidad del arte ASCII, la visualidad hacker de una consola de texto, etc. Llegados a la red con las comunidades creadas ya (facebook, yahoo, hi5, youtube, etc.) no saben lo que es una comunidad autónoma verdadera, y experimentos como nettime les son completamente ajenos. Estas razones explican por qué la visualidad que tienen las piezas de Net.Art cubanas es a veces un poco relamida, o en ocasiones demasiado sofisticada. La imagen de las piezas refleja la imagen que del medio tienen los creadores, y esa es la imagen comercial y reluciente que proyecta la red en la actualidad, una vez que las grandes compañías realizaron fuertes inversiones en diseño y programación. Por otra parte, y en esto también muchas excepciones, se tiende a crear las piezas de Net.Art desde la producción, dejándole el trabajo de la programación a un técnico especializado. El hecho de que el Net.Art consistiera, precisamente, en el juego con el código fuente, es algo que escapa tanto a críticos como a artistas. No hay nada tan lejos del verdadero espíritu de experimentación del Net.Art, como esa mirada fría de hombre de negocios que se impuso finalmente a la red. 



[15] Aunque a lo anterior no se le puede objetar nada desde el punto de vista lógico, se puede suponer que, de haberse demorado mucho la introducción de Internet en Cuba, las obras se abrían producido de una u otra forma. Ya fuera a través de contactos con artistas extranjeros (encargados de "subirlas" a la red) o durante estancias en otros países. Esta afirmación resulta ahora especulativa, porque históricamente la red sí precedió a las obras. Ciertamente, la existencia de Internet en el resto del mundo habría posibilitado las obras, pero la variedad de proyectos cubanos que se ve en la actualidad hubiera sido imposible.

[16] Pérez Salomón, Omar. "Cuba: 125 años de telefonía". Pag. 171.

[17] Internet Service Providers, o proveedores de servicio de Internet.

[18] Usualmente, la consecuencia de esta adaptación de una obra, de un medio a otro, causa el empobrecimiento estético de la misma. Pero en este caso, la transformación de lo real a lo virtual no resulta un factor importante, ya que los dibujos son de factura muy ingenua. Las ideas que expresan, en cambio, están marcadas por una evidente agudeza.

[19] En la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, se puede consultar la tesis de Diana Padrón. En la Universidad de las Artes de Cuba, I.S.A., se deben explorar las de Nelson Mulet, Carlos P. Varens, Yusnier Mentado, y Maikel L. Pimentel.

[20] Tomado del statement curatorial de Off Line.

[21] En la dirección: http://off-line.web1000.com/. Actualmente el sitio ha sido borrado. Se conserva una copia (desgraciadamente mutilada por interrupciones en la conexión) que fue descargada en febrero del año 2008.

[22] Las direcciones WEB de El Diletante Digital son: http://www.eldiletante.com y http://www.eldiletantedigital.com.

[23] Entre los artistas visuales se puede citar a Harold López, Nelson Mulet, Carlos Varens. Entre los escritores tenemos a Raúl Flores, Kevin Beovides. El caso de Duchi Man es especial, porque fungía en los dos roles.

[24] Tomado del statement curatorial de Off Line.

[25] Price, Rachel. "New Media’s New Literature". Pag. 2.

Índice.