Poesía Electrónica v1.0

Prácticas Artísticas de Internet: Conceptualización para el Arte en la Red de Redes.

Autor: Kevin Beovides Casas.

Introducción.

Resulta un lugar común destacar la importancia que los nuevos medios de comunicación, y en especial Internet, tienen en la sociedad actual. La fuerza con que se proyectan sobre la cultura y la huella que han dejado ya, a pocos años de su aparición, es no sólo evidente sino insoslayable. Lo cual ha llevado a artistas e instituciones, a usar la red de las más disímiles maneras. La más común de estas es aprovecharse de las oportunidades que ofrece para auto-promocionarse y distribuir las obras susceptibles de digitalización. La red de redes, además, puede ser utilizada como medio expresivo, y es a esta arista a la cual se dirigió la indagación.

La investigación centró la mirada en prácticas que utilizan Internet como medio artístico, y cuyas obras generalmente se quedan dentro de la propia red. Es importante hacer notar, cuanto antes, que no se abordan las prácticas artísticas "en Internet" sino "de Internet". Dentro de las primeras podrían incluirse las obras que han llegado a la red después de sufrir un proceso de adaptación, y con el objeto de lograr su divulgación o distribución, mientras que las segundas se refieren a aquellas que han surgido asociadas al medio, y para el medio mismo; o sea, aquellas obras cuya existencia depende de la red, pues la usan como medio de expresión, y al mismo tiempo reactualizan el discurso de la red.

Usualmente, se agrupan este tipo de obras bajo la denominación de Net.Art, aunque existen otros términos para referirse a las mismas, como son browser art, o web art. Como resultado de la investigación realizada, y a fin de ofrecer una conceptualización que permita ordenar la mirada, en este artículo se propone la noción Práctica Artística de Internet, que resulta de la aplicabilidad de Actualidad[1], y ofrece una perspectiva más amplia a todo el conjunto de prácticas de esta naturaleza que tienen a la red de redes como medio expresivo (narrativa digital, game-art, virus-art, hacker-art), y que no siempre son susceptibles de ser identificadas desde el concepto de Net.Art.

I - Aproximación a las prácticas artísticas en la red de redes.

De frente a las obras de arte que dependen para su realización de la red y los ordenadores, los teóricos, críticos y artistas, han desarrollado una populosa constelación de conceptos y categorías. Existen al menos una docena de términos para designar las prácticas artísticas que se dan dentro, o relacionadas con Internet, por ejemplo, es posible localizar los que siguen: browser art, hipertext-art, media-art, new media-art, new tecnology art, etc. Siguiendo el criterio de Ana Urroz, hemos decidido instrumentar una conceptualización que las una en un haz. En el contexto de esta investigación, se asumen todas estas variantes como Prácticas Artísticas de Internet, noción que se verá enriquecida paulatinamente con el desarrollo de estas reflexiones.

El término Prácticas Artísticas de Internet hace alusión a un grupo de obras especialmente concebidas para la red de redes, o sea, para ser apreciadas en el contexto de Internet y en una relación de dependencia y riesgo con respecto a este medio. Esta primera definición poco aporta al (más conocido) concepto de Net.Art. Una definición para el mismo es la que brinda José Luis Brea en su libro La era postmedia. Acción comunicativa, prácticas (post)artísticas y dispositivos neomediales: "net.art. En cuanto al net sí que puede serse riguroso -y exigente. (...) Como poco, podemos decir que net.art es sólo aquél tan específicamente producido para darse en la red que cualquier presencia suya en otro contexto de recepción se evidenciaría absurda -cuando no impensable. Pero nos gusta apretar aún más: que net.art no es simplemente aquél que se produce "para" un medio de comunicación específico novedoso, en este caso la red, sino, vuelta de tuerca más, aquél que invierte el total de su energía en la producción "de" dicho media."[2]

Se deben distinguir las Prácticas Artísticas de Internet de aquellas otras que usan la red de forma estrictamente utilitaria, aprovechando sus bondades para lograr visibilidad. Estas podrían ser reconocidas como prácticas artísticas "en" Internet. Siguiendo al teórico Alejandro Palma, se podría decir que: "para de ese modo indicar el uso de un sistema de información, no de un medio que ha determinado la construcción de su contenido"[3].

Como ejemplos de prácticas artísticas "en" Internet se pueden citar las galerías y sitios personales de artistas. En estas páginas WEB el arte que se muestra ha sufrido un proceso de adaptación a las nuevas condiciones. O sea, es arte para ser visto fuera de la red y que ha llegado a la misma por medio de su digitalización. Así mismo, se encuentran marcadas diferencias entre las Prácticas Artísticas de Internet y el diseño de páginas WEB. De este último, aunque portador de valores estéticos indiscutibles, se puede afirmar que no pretende ser arte en ningún sentido.

Debemos también considerar el caso de los boletines digitales, las revistas y los blogs. Los boletines digitales son revistas que se envían a través de email, ejemplos extraídos de nuestro contexto serían Rockstalgias, Qubit, y Korad, del reconocido escritor Raúl Aguiar. Los boletines digitales contienen material que no fue creado para Internet, sino para los medios tradicionales: en el caso de los cuentos, para ser impresos en libros y revistas, las fotos, para ser expuestas en las galerías, etc., y que sólo por necesidades pragmáticas, como el coste relativamente bajo de la factura y distribución de los boletines, y la promesa de reconocimiento y promoción, atraviesan velozmente, adjuntos a un email, por el ciberespacio. Estas particularidades aconsejan que los boletines digitales no deban ser considerados dentro de las Prácticas Artísticas de Internet.

Algunos boletines digitales tienen un sitio WEB asociado, de esta forma se convierten en redvistas. Ejemplos de lo anterior serían: La Caja de la China, de Lien Carrazana, y Desliz[4], de Lizabel M. Villares; ambos empezaron como boletines digitales y actualmente se han ramificado a la red. Al igual que los boletines digitales, contienen mucho material que no ha sido pensado para estar en la red, o sea, obras literarias, entrevistas y cualquier otro material que sus editores consideren de interés para la comunidad de internautas. Sin embargo, la afirmación anterior no puede entenderse como absoluta. Ocurre a veces que el simple hecho de publicar en Internet pone a los autores frente a problemas que son ajenos al mundo editorial impreso, lo cual es suficiente para que algunos se involucren en una edición más atrevida de los textos, usando hipervínculos entre los mismos e incluyendo contenido multimedia. Además, se da el caso de que las redvistas evolucionen a proyectos artísticos que se pueden considerar plenamente dentro de la noción de Prácticas Artísticas de Internet. Es el caso de la redvista Desliz, que durante la X Bienal propuso la obra colaborativa Cuban Fake News. De forma que se deben evitar las generalizaciones cuando se habla de las redvistas, y analizarlas caso a caso. 

Con respecto a los blogs la cuestión se hace más embarazosa. No sólo porque los diarios de Internet hacen un uso intensivo del medio, los hipervínculos y la comunidad, sino porque han sido creados y existen sólo en la red de redes. Hay una cantidad ingente de blogs cuyo contenido se puede enmarcar en el periodismo ciudadano, o que son simples diarios. Estos no deben ser considerados bajo la noción de Prácticas Artísticas de Internet. En primer lugar porque usualmente no tienen intención artística alguna, y cuando la tienen, su contenido entra dentro de los cánones de la literatura impresa. Tampoco exploran la herramienta, o sea, el programa WEB que se usa para escribir, más allá de su sentido comercial, de forma que no dinamitan ni el discurso de la red, ni su lógica comunicativa. Aunque la investigación no encontró ningún blog cubano que se pudiera considerar una pieza válida para las Prácticas Artísticas de Internet, no debe por esto excluirse la posibilidad de que exista. Es plausible imaginar modos creativos de usar un blog, y la flexibilidad de la herramienta misma permite las más inusuales manipulaciones. De forma que, al igual que con las redvistas, no es posible continuar estableciendo falsas generalizaciones y se impone actualizar la mirada para atender a los casos puntuales.

Así, la noción de Práctica Artística de Internet, en su acepción más inmediata, o sea, entendida como idéntica al concepto de Net.Art, no es una fórmula que permita distinguir automáticamente la paja del grano, sino que obliga a que se tengan en cuenta las cualidades propias de las obras.

El primer esfuerzo que se puede encontrar de arte en la red cubano es Galería Postal, del año 2003, en el que participaron profesores de la escuela San Alejandro y alumnos del Instituto Superior de Arte: Anyel Maidelín Calzadilla, Ángel Madruga, Pável Piteira, Carlos Wolf, Harold Rensoli, Alexis de la O, y Samuel Riera. Este proyecto, aunque se centraba en el envío periódico de obras a través del correo postal, realizó los dos primeros envíos digitales por email. Otro proyecto de email-art es el titulado lametatranca.come, de Lisbeth Flores y Jacinto Muñiz. Entre los años que van del 2004 al 2006 estos creadores realizaron una serie de envíos por email, con materiales tan variados como noticias sobre los ciclones, reflexiones sobre el arte, y obras propiamente.

Después de estos primeros proyectos, asociados al correo electrónico, surgen otro tipo de piezas que están directamente relacionadas con la WEB. A partir del año 2005 se diversifican los autores y obras, y aparecen las primeras exposiciones, virtuales y físicas, relacionadas con la Internet. En los centros de enseñaza como la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro y La Universidad de las Artes, I.S.A., se gradúan varios estudiantes con tesis sobre el arte de Internet[5]. Dentro de este florecimiento, llama poderosamente la atención el proyecto que se titula Off line (exposición virtual, http://off-line.web1000.com)[6], se trata de una exposición curada por Lien Carrazana en el año 2006. Los artistas implicados fueron: Ernesto Leal, Lindomar Placencia, Fernando Rodríguez, Erik García, Rodolfo Peraza y Luis Gómez. Lo que hace de esta propuesta un intento original, es que es la primera exposición de Net.Art pensada especialmente para la WEB. Después de varias desventuras (algunas instituciones se negaron a brindar alojamiento al esfuerzo de estos artistas), en diciembre del año 2006, Off Line finalmente llegó a Internet[7] en un espacio WEB gratuito.

Una de las limitaciones principales de Off Line es que se concibió como un proyecto cerrado. O sea, un vez recopiladas las obras y subidas a Internet, la propuesta había terminado; no se planeó ninguna otra acción, el espacio no fue reutilizado, y el sitio era completamente estático. Los propios artistas participantes no sabían dónde se encontraba el sitio en la red, y tampoco tenían acceso al mismo. Apuntando a subsanar estas limitaciones, surge a principios del 2007 un proyecto titulado El Diletante Digital[8]. Su génesis se puede rastrear a un sitio de literatura hipertextual llamado Esquina 13, que estaba activo en la red desde el 2005. Este primer sitio contenía revistas digitales, material original de varios artistas y escritores[9], y perseguía la creación de nuevas formas literarias emergentes, que aprovecharan la hipertextualidad, la multimedia, etc. Pero no es hasta el curso 2006-2007 que, buscando crear un espacio de expresión artística, no sujeto a las instituciones y estrictamente virtual, se reestructura como un proyecto diferente y asume el nombre de El Diletante Digital. Sus fundadores fueron: Carlos P. Varens, José Estuardo, Yamiel Suárez, y quien escribe Kevin Beovides. Desde el inicio se trató de un proyecto interdisciplinar; basta notar la formación de sus integrantes para comprobarlo: en la lista anterior, los dos primeros provienen de las artes visuales; el segundo, de la música; y el último, de la literatura. Durante los últimos cinco años el sitio ha intentado brindar un espacio virtual para la creación conjunta, a los artistas cubanos, o extranjeros residentes en Cuba. Actualmente incluye las obras de más de una docena de creadores, y a menudo la autoría de las piezas es compartida. El Diletante Digital, también tuvo siempre vocación pedagógica, ya que se desarrollaba en la Universidad de las Artes de Cuba I.S.A., y tres de sus fundadores estaban vinculados a dicha institución (en la lista anterior, los dos primeros eran alumnos y el último, profesor). Por eso, se ha nutrido permanentemente de alumnos de la mencionada institución, y se pueden ver en su páginas muestras del más emergente arte de nuestro país.

II - Prácticas Artísticas de Internet: determinaciones conceptuales.

En este epígrafe la reflexión se desarrolla a partir de la necesidad de establecer la noción Prácticas Artísticas de Internet en su relación con el Net.Art. Se delimitan las fronteras y se sustenta dicha noción, a fin de explicar el modo en que se estructura y emerge un arte que utiliza la red de redes como medio expresivo.

En la definición de Net.Art que da José Luis Brea, por ejemplo, puede leerse el siguiente corolario: "no tanto habría entonces, y propiamente, "obras" de net.art como "webs" de net.art -las dedicadas a la producción activista de una esfera pública de comunicación directa entre ciudadanos, no institucionalmente mediada."[10] Aunque no se puede negar la soberana importancia que posee la WEB, y que uno de los protocolos más usados es el http://, se debe aclarar que no es el único. El uso de Internet como medio de expresión artística ha adoptado muchas variantes, que no necesariamente se pliegan a la descripción de "página WEB artística". No resulta fácil eliminar este prejuicio que existe alrededor del término Net.Art. Pues se trata de una idea arraigada en la mayoría de las personas que se acercan al tema. La noción de Prácticas Artísticas de Internet, no tiene esta limitación asociada. . La noción de Prácticas Artísticas de Internet se puede aplicar a cualquier pieza que desoculte las lógicas comunicativas de la red de redes. Este es un proceso que puede darse desde varios enfoques estético-artísticos, ya sea creando un nuevo espacio público en el que no predominen los controles e intereses del capital, o dinamitando el discurso de las clases dominantes, o recreando desde una perspectiva irónica los mismos mecanismos que se usan desde el poder.

Para ejemplificar lo anterior se pudieran citar la obra titulada Use Your Head, del artista Rodolfo Perraza. La obra consiste en un juego cuyo objetivo es romper, con una figura que recuerda los hombros y cabeza de un hombre, las noticias que enlaza en la red la compañía Google. Estas aparecen en la parte superior de la pantalla, y descienden gradualmente. Al interactuar el usuario, la cabeza sale disparada y rompe parte de las noticias, si estas llegan al margen inferior de la pantalla el juego acaba. Es una versión artística de un juego clásico, cuyo objetivo es destruir bloques con una pelota, evitando que esta caiga por el margen inferior de la pantalla. La idea sobre la cual descansa la obra, es que se deben analizar las noticias y evitar el fetichismo de la letra impresa, o sea, no asumir de manera acrítica las publicaciones en la red. Esta obra aún cuando no consiste en una página WEB, depende de la red para funcionar[11] y discursa abiertamente sobre Internet. De forma que debe ser considerada desde de la noción de Prácticas Artísticas de Internet.

Uno de los problemas que con más frecuencia atormenta a los teóricos que intentan abordar las obras relacionadas con la red de redes, al menos en nuestro país, es la aparente escasez de las mismas. Esto se debe principalmente a que se ha construido una torre de Babel con términos y conceptos (una constelación que no resulta fácil imaginar como una figura coherente), y cada uno de estos, al ser aplicados a nuestra realidad, hace referencia a unas pocas obras. Por ejemplo, la obra anterior se pudiera clasificar para su estudio como game art, o también como software art. Esta es precisamente una de las ideas rectoras para la construcción de la noción de Prácticas Artísticas de Internet, que permite tomar las obras que usan Internet y que usualmente son clasificadas como game art, hacker art, software art, Net.Art, y agruparlas en un solo haz para su estudio.

Otra cuestión importante es que el concepto de Net.Art se asocia casi exclusivamente a las artes visuales. Independientemente de que se considere un género, un hito o un movimiento, el Net.Art es concebido y estudiado, desde las artes plásticas. En consecuencia, numerosos intentos artísticos escapan al análisis de los teóricos que se acercan a este fenómeno. Es una realidad de nuestra época, que las prácticas artísticas tienden a eliminar estas delimitaciones maniqueas. Como afirma Arthur Danto, a quien se cita a continuación: "las fronteras entre la pintura y el resto de las artes (la poesía y la interpretación, la música y la danza) se han hecho radicalmente inestables"[12]. La noción de Prácticas Artísticas de Internet, apunta desde su concepción a la interdisciplinariedad.

Una obra que puede servir de ejemplo es la titulada Poemas Visuales (2010), de Samuel Riera. En principio, se trata de una serie de poemas visuales (como el título indica) que adoptan la forma de animaciones. En el 2010, Samuel Riera creó una versión WEB de estos poemas, con el objeto de subirlos al proyecto El Diletante Digital. A pesar de que se le brindo ayuda para la programación de la página WEB, Samuel Riera decidió realizar él mismo el diseño y la programación. El autor entonces se planteó la navegación dentro de un espacio bidimensional, donde el espectador debía encontrar su camino, explorando la página más allá de los límites de la pantalla. Para ello distribuyó los vínculos (que adoptan la forma de números) a los poemas, de manera caprichosa y desorganizada, lo que obliga al espectador a recorrer la composición visual en busca de los mismos. Este intento de replantear la navegación, no ya desde el orden cronológico o numérico de los textos, sino desde la perspectiva de una riesgosa exploración del espacio, es sin dudas un intento de generar un nuevo lenguaje en Internet.

No es sorprendente encontrar en la red, numerosas páginas dedicadas al tema de la poesía o la narrativa, pues como afirma, Joaquín Maria Aguirre, la Internet "es esencialmente un sistema de publicación"[13]. En la medida en que se desarrollaba la WEB, otros sistemas para la creación de Literatura Hipertextual (como, por ejemplo, Storyspace, que fue el software más usado durante la década del 80 y principios del 90), fueron cayendo en desuso. Con este movimiento hacia la WEB, se produjeron cambios en la propia producción artística. Mientras los primeros trabajos eran conjuntos de lexias (bloques de texto), con poca variedad de colores, y sólo aisladamente incluían animaciones o sonidos, ahora las obras hacían un uso más intenso de las nuevas posibilidades multimediales. Pero estas mudas y renovaciones tienen un impacto más profundo, lo que conduce a N. Catherine Hayles a escribir: "(…) when a work is reconceived to take advantage of the behavioral, visual, and/or sonic capabilities of the Web, the result is not just a Web "version" but an entirely different artistic production that should be evaluated in its own terms with a critical approach fully attentive to the specificity of the medium."[14] La tecnología que claramente llena las expectativas para la creación de la Literatura Hipertextual, a saber, la asociada a Internet, no puede ser usada de manera creativa y, al mismo tiempo, de forma tal que no provoque ninguna onda en la superficie del medio.

De forma que se podría afirmar, que todas las obras que usan la red de redes como medio de expresión tienden a redefinir el discurso del medio, al reinventar su lenguaje desde la creación artística, y por tanto a recrear el medio mismo. Esto nos permite proponer, una vez más, el uso de la noción Prácticas Artísticas de Internet para englobar a las obras, no importa de cual disciplina provengan, que usan la red de redes.

La noción Práctica Artística de Internet tiene inevitables vínculos con los conceptos de interactividad e hipertextualidad. Por arte interactivo, se puede entender aquel que permite la acción del espectador sobre la obra. Pero esta definición resulta demasiado amplia, pues describe procesos como la interpretación, por medio de la cual el espectador enriquece a la obra. Por eso se puede agregar a la acción la cualidad de "física". O sea, la interactividad descansaría en las acciones físicas del espectador sobre la obra. En esta dirección, se puede discursar de los performances como de arte interactivo o incluirlo entre sus precedentes. Pero para los objetivos de este informe, se debe agregar algo más a la definición, esto es, que la acción física se realice a través de la interfaz de un ordenador.

Un enfoque que permite abordar el concepto de interactividad, y relacionarlo con el de hipertextualidad, es el que brindan Louis-Philippe Demers y Bill Vorn, en su artículo "Real Artificial Life as an Inmersive Media". Según estos autores hay dos conductas básicas ofrecidas por el autor al usuario: conductas implantadas y conductas emergentes. La primera sería un sinónimo de navegación, y se estructura alrededor de la hipertextualidad. En esta forma de interactividad, el artista deja una serie de vínculos[15] de entre los cuales el usuario puede escoger libremente. Su importancia radica en que constituye la conducta más conocida y común, así como la estructura fundamental del lenguaje usado en la red es la hipertextualidad[16]. Sobre el segundo grupo de conductas es menos lo que se puede decir, y la interactividad asociada a estas parecería descansar en el abandono premeditado de la navegación, para sustituirla con otras estrategias de interacción entre los usuarios-espectadores. Su propia cualidad de emergentes establece que estas conductas son de difíciles de predecir y provocar.

El hipertexto es una manera de organizar la información que permite la lectura no lineal de la misma, al estructurarse por medio de nodos de contenido y enlaces entre estos. Pretende emular hasta cierto punto, la forma en que se recupera la información en el cerebro humano, con la peculiaridad de que la asociación de ideas queda sustituida por los vínculos entre los nodos. Además, permite la incorporación de elementos no textuales como la imagen, audio, video, etc. La navegación puede ser definida como sigue: "Originariamente, "navegar" es un término empleado en multimedia para designar el acto de una lectura no-lineal: aquel acto de leer en el que se altera la estructura secuencial enmarcada dentro de la corriente clásica de un comienzo, un desarrollo y un fin."[17].

La revolución de los hipertextos y de los sistemas multimedia, descansa precisamente en que una gran parte de su información no puede ser impresa, o carece de sentido, desde el punto de vista práctico, llevarla al papel. Este es un punto neurálgico para entender la diferencia entre las redes como meros sistemas de distribución, y las redes como soportes de nuevas prácticas. Según algunos teóricos, en la historia de los soportes de los textos siempre ha habido tres factores determinantes que han guiado su evolución: la facilidad de reproducción, el aumento de la velocidad de difusión, la reducción de los costes de producción. Las redes informatizadas de comunicación permiten, en números absolutos, reducir los tres factores: reproducción, velocidad en la difusión y reducción de costes. Era por ello predecible como que nuevos textos usarían como soporte a la red, e intentarían sacar provecho de sus novedades, ignorando si estas se plegaban o no, a las limitaciones de la impresión en papel (el libro, como soporte, limita lo que puede ser el texto).

J.P. Sartre en su ensayo "Que Es Literatura", establece que ningún libro está terminado al salir de la mano del escritor, sino que se completa en su relación con el lector. Es este el que, al revivir las letras y oraciones con la lectura, en su imaginación, completa el sentido que portaba en potencia el texto. El espectador, aun cuando es el último eslabón de la cadena que conduce a la creación de una obra de arte, no es para nada el momento menos importante de este proceso. Por tanto, nunca es un receptor del todo pasivo, sino que constituye una parte fundamental del proceso creativo mismo. Pero sería faltar a la verdad, no afirmar que las prácticas artísticas que abordamos requieren de un lector más dinámico y menos convencional, acostumbrado a las computadoras y a la interacción con las mismas, adaptado a las formas de presentación de la información que son propias del mundo digital, o sea, a los hipertextos y multimedias. Al respecto Alejandro Palma constata lo siguiente: "Alberto Vázquez, un destacado diseñador de redvistas, alentador de proyectos editoriales en la Red y además estudioso del fenómeno cultural en Internet (…) Para él, la lectura de poesía en pantalla requiere de "un aprendizaje previo", sobre todo porque destaca la relación que se establece entre la computadora y los seres humanos"[18]. De igual forma que pasaba con la intertextualidad en el libro impreso, el hipertexto viene a potenciar la libertad y actividad del espectador. Al explorar la estructura de un hipertexto, al interactuar con la obra y navegarla, el lector se constituye en un parte activa e incluso decisiva en la construcción de la misma. De los múltiples enlaces y caminos, escoge a gusto el que desea y concreta así lo que no era más que un posible sendero de lectura. El creador no puede prever cada posible decisión y camino que el lector decida (sobre todo cuando el número de enlaces y nodos es grande), de forma que el lector se transforma en un coautor.

Esta última idea debe acotarse, pues si bien la libertad del espectador es real, lo es sólo en el sentido de poseer la opción de seguir uno u otro camino. El hipertexto, con toda la complejidad de nodos que pueda incluir, es una estructura pensada por un autor (o equipo de autores) y es éste el que establece los nodos y los vínculos, creando así todas las rutas posibles, incluso aquellas que él mismo nunca ha seguido. Por su parte, el autor debe sentir la exigencia de una nueva forma de creación que responda a la no-linealidad. Esta nueva forma de "escritura" no aparecerá de pronto, sino que requiere también de un proceso de aprendizaje. El autor deberá cambiar en muchos sentidos y sus habilidades diversificarse. Ahora deberán integrar pericias que van desde la plástica, y el diseño, a la programación; y para suplir las lógicas deficiencias en alguno de estos campos, se impone el trabajo en equipo. Esto plantea otro problema que constituye una de las más importantes cuestiones de nuestro tema: la comunidad virtual.

Toda práctica artística en la red se beneficia con el establecimiento de una comunidad virtual. Para comprender lo anterior, desde la capital importancia que pueden tener las comunidades en la red, hasta sus eventualidades, se puede tomar como referencia el caso de la lista nettime que aun se encuentra activa. Fue en esta lista donde se iniciaron los primeros experimentos y discusiones alrededor del Net.Art. Más tarde debido a diferencias respecto a la moderación de los comentarios,  los principales autores se distanciaron de la comunidad. Aunque se haya producido esta ruptura, la importancia de la comunidad misma es insoslayable. No sólo propicio el encuentro entre varios de los artistas, sino que fue en este espacio de debate virtual, donde las ideas respecto a la red y al arte, se fundieron en una práctica artística concreta. Por otra parte, se puede argumentar, que el objetivo del Net.Art de crear un espacio público dentro del medio, no mediado por ninguna institución, no es más que un muestra del intento activista de los fundadores de nettime.

Este elemento, el de la comunidad virtual de artistas y críticos, apenas existe en Cuba. Por el contrario, los artistas y teóricos constituyen: "...una especie de comunidad "offline" que graciosamente trabaja sobre temas online..."[19]. Las comunidades online que tienen fuerte presencia de jóvenes cubanos (artistas o no) están más interesadas en problemas políticos que artísticos. En la listas de correos hay poca polémica (salvo por casos aislados), pues por lo general, incluso en aquellas que se dedican a las artes, se impone un sentido utilitario y noticioso. No obstante lo cual, no se ha renunciado por completo a la creación conjunta. Aunque de manera menos dinámica y a veces dependiendo por completo de la presencia física, la existencia de proyectos como El Diletante Digital, reivindican la necesidad y lógica de la comunidad y del esfuerzo colaborativo, depositando su fe, en que con el devenir de unos pocos años y el aumento de la penetración[20] del medio en Cuba, surjan las comunidades que tan necesarias son para el desarrollo de la cultura crítica de Internet.

Conclusiones.

Como resultado de la investigación se presenta que la noción Prácticas Artísticas de Internet deviene conceptualización de utilidad y aplicabilidad para el arte que asume la Internet como medio de expresión. Pues permite agrupar en un haz a un conjunto de obras que han aparecido en nuestro país en la última década (2000-2010) y que bajo otras clasificaciones (como Net.Art, software art, browser art, game art, y Narrativa Digital) parecerían estar muy dispersas. Además, la noción Prácticas Artísticas de Internet, permite delimitar el campo con respecto a otras prácticas que usan Internet, como los sitios personales, las redvistas, y los blogs. A diferencia de estas últimas, las Prácticas Artísticas de Internet tienen como objeto reconstruir ese espacio público y virtual desde las lógicas propias de lo artístico. Están, por tanto, vinculadas a la tradición de las vanguardias, de forma que heredan de estas muchas de sus estrategias y recursos como son: el collage, los ready-mades, las apropiaciones, las acciones de agitación política, el uso de la ironía, el pastiche; y los adaptan a las características concretas de la red.

La noción Práctica Artística de Internet se desarrolla en contrapunto con el concepto de Net.Art. Pero la noción que se propone es más amplia en tanto no se reduce a este y al mismo tiempo lo incluye. El concepto de Net.Art tiene como prejuicio asociado la limitación de las obras al uso de un protocolo técnico específico (el http://), y se identifica con la creación de páginas Web artísticas. Las prácticas que se examinan en este trabajo no tienen porque estar sujetas a estas arbitrarias limitaciones. La noción de Prácticas Artísticas de Internet hace posible  el estudio de cualquier pieza que desoculte las lógicas comunicativas de la red de redes. Carece, además, del matiz disciplinar que lastra al Net.Art, y de esta forma da cabida a piezas que provienen de la literatura, como en el caso de las obras de Literatura Hipertextual, o de cualquier otra disciplina. Así pues, la noción de Prácticas Artísticas de Internet apunta desde su concepción a la interdisciplinariedad.

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Venegas, Cristina. "Digital dilemmas: the state, the individual, and digital media in Cuba". Rutgers University Press, 2010.

NOTAS

[1] Emplazamiento conceptual de carácter teórico- metodológico, construido por la Dra. Natividad Norma Medero Hernández, que ofrece la posibilidad de pensar la praxis artístico-cultural en esa dinámica de lo inteligible y lo factual, de lo diferenciable en lo "indiferenciable" atendiendo a los efectos de una cultura visual expandida que nos asiste en el contexto actual. Así, se asume que en este campo todo lo que se da es acto que en lo real (inteligible y factual) tiene presencia actual y poder de actuación, justo en el camino a la actualización. Ayuda a revelar el vínculo entre tradición e innovación, en tanto permite visibilizar lo que resulta aún efectivo dentro del relato tradicional sobre la cultura e incorpora los nuevos derroteros. Aparece en trabajos publicados, como son: Actualidad en el arte cubano, apuntes para un enfoque comunicológico; Para pensar el Arte hoy…

[2] Brea, José Luis. "La era postmedia. Acción comunicativa, prácticas (post)artísticas y dispositivos neomediales". Pag. 7.

[3] Palma Castro, Alejandro. "Redvistas. Catálogo de la Poesía por Internet". Pag. 138.

[4] Puede visitar el proyecto en: www.desliz.net.tc, o www.proyectodesliz.blogspot.com.

[5] En la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, se puede consultar la tesis de Diana Padrón. En la Universidad de las Artes, I.S.A., se deben explorar las de Nelson Mulet, Carlos P. Varens, Yusnier Mentado, y Maikel L. Pimentel.

[6] En el Anexo III puede consultarse el texto curatorial de este proyecto.

[7] En la dirección: http://off-line.web1000.com/. Actualmente el sitio ha sido borrado. Se conserva una copia (desgraciadamente mutilada por interrupciones en la conexión) que fue descargada en febrero del año 2008.

[8] Las direcciones WEB de El Diletante Digital son: http://www.eldiletante.co.nr y http://www.eldiletante.ueuo.com.

[9] Entre los artistas visuales se puede citar a Harold López, Nelson Mulet, Carlos Varens. Entre los escritores tenemos a Raúl Flores, Kevin Beovides. El caso de Duchi Man es especial, porque fungía en los dos roles.

[10] Brea, José Luis. "La era postmedia. Acción comunicativa, prácticas (post)artísticas y dispositivos neomediales". Pag. 7.

[11] En condiciones en las que no existe conexión, la obra usa una base de datos previamente creada con noticias descargadas de Internet. Pero este subterfugio de índole técnica, para sortear las dificultades del contexto, no le quita validez al razonamiento que se emplea.

[12] Danto, Arthur. "El Final del Arte". Pag. 3.

[13] Aguirre Romero, Joaquín María. "Literatura en Internet ¿Qué encontramos en la red?". Publicación digital.

[14] Hayles, N. Katherine. "Electronic Literatura. New Horizons for the Literary". Pag. 23.

[15] Siguiendo la máxima de Heath Bunting: "I link, therefore I am".

[16] El propio protocolo http:// con el que nos conectamos usando el navegador, significa HiperText Transfer Protocol, o protocolo de transferencia de hipertextos.

[17] Baigorri,Laura y Cilleruelo,Lourdes. "Net.Art. Prácticas Estéticas y Políticas en la Red". Pag. 48.

[18] Palma Castro, Alejandro. "Redvistas. Catálogo de la Poesía por Internet". Pags. 116-117.

[19] Tomado de un artículo (no publicado) que lleva por titulo: "La ultima encrucijada de la noción de arte", del autor Rewel Altunaga.

[20] Concepto que indica la razón entre la cantidad de usuarios de Internet en un país, sobre la cantidad total de habitantes. En nuestro país el la penetración se fija en un 14%.